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Página 72 - Libro de Biología de Primero de Bachillerato

Procesos biológicos y fisiológicos

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Resolución Página 72 - Libro de Biología de Primero de Bachillerato

Pregunta Página 72
¿Cómo perciben el movimiento los otros animales?

Datos para la resolución:

Los animales, al igual que los humanos, perciben el movimiento principalmente a través de sus sistemas auditivo y visual. El oído interno de muchos animales tiene estructuras similares al caracol humano, que detectan cambios en el equilibrio y el movimiento. Algunos animales, como los insectos, pueden usar vibraciones del suelo para detectar movimiento. Este conocimiento explica cómo diferentes especies han adaptado su percepción del movimiento según sus necesidades y hábitats.

Explicación

Análisis del problema: La pregunta busca explorar la manera en que otros animales perciben el movimiento, tanto de su entorno como de ellos mismos. Esto implica entender las estructuras sensoriales y nerviosas que facilitan esa percepción.

Resolución: Al igual que los humanos, los animales utilizan sus sentidos para percibir el movimiento. Tienen mecanismos similares, como estructuras auditivas internas que les ayudan a registrar cambios en el equilibrio y la aceleración, como el caracol en el oído humano. También usan la visión para detectar el movimiento del entorno. Algunos animales pueden tener sistemas aún más especializados, como sensores en sus patas que sienten vibraciones en el suelo.

Conclusiones: Los animales perciben el movimiento mediante una combinación de sentidos, utilizando estructuras internas similares a las humanas, como el caracol en el oído, y estrategias adaptadas a su entorno y necesidades específicas.

Contenido Página 72 - Libro de Biología de Primero de Bachillerato

¿Cómo perciben el movimiento los otros animales?

El movimiento... ¿se siente?
Aline Guevara

Cuando vamos en un coche, aceleramos, nos detenemos, pasamos por un bache... Sabemos que estamos en movimiento porque vemos que los objetos se van quedando atrás de nosotros. Pero no solo los ojos envían información al cerebro; también lo hace el oído. Dentro de este, hay una estructura llamada caracol que nos avisa sobre el estado de equilibrio del cuerpo.

El caracol tiene adentro un líquido y unos pelillos. Si en nuestro viaje pasamos por un bache o hacemos un movimiento brusco, el líquido del caracol se sacude y roza los pelillos. El roce se convierte en impulso nervioso.

En tal caso, el cerebro entiende que el cuerpo se ha movido. Por eso, cuando nos enfermamos del oído, de paso sentimos mareo. Durante la enfermedad, el cerebro está confundido. Pero dejémoslo aquí, pues ésa no es la confusión que nos interesa... Mejor regresemos al recorrido en auto.

Imagina que vas en un coche que avanza dentro una densa neblina. La autopista es totalmente recta y pareja, sin baches ni protuberancias. Además, solo puedes avanzar a una única velocidad. El caracol de tu oído no podría registrar el movimiento del coche.

Tus ojos no verían cómo se van quedando atrás los objetos mientras avanzas. Entonces tu cerebro interpretaría que el vehículo está detenido. No tendrías evidencia del movimiento.

Una experiencia como esta puede vivirse durante un viaje en avión. Mientras el avión no cambie de dirección o se encuentre con alguna turbulencia, mientras no te asomes por la ventana para ver el paso de las nubes, parece como si el avión no se moviera.

El movimiento que no cambia de dirección ni de velocidad se llama inerciado o movimiento acelerado. Y un movimiento de ese tipo da la impresión de no ser movimiento. Nos deja no aceleración es como no moverse.

Tomado de Guevara Villegas, A. (2005). Un viaje especial. México: Ediciones Castillo.
Aline Guevara Villegas (1974). Científica mexicana especialista en comunicación visual de la ciencia. Escribe textos y artículos, participa en programas de radio, y en el desarrollo de acciones para llevar el saber científico y tecnológico a grandes sectores de la población.