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Página 53 - Libro de Lengua y Literatura de Primero de Bachillerato

Comunicación oral y escrita

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Contenido Página 53 - Libro de Lengua y Literatura de Primero de Bachillerato

Hablan de la cultura universal al alcance de las masas, pero encarcelan a sus escritores porque se atreven a decir la verdad. Hablan de la libre determinación de los pueblos y, sin embargo, hace años que oprimen a una serie de naciones, sin permitirles que se den la forma de gobierno que más les convenga. ¿Cómo podemos votar por un sistema que habla de dignidad y acto seguido atropella lo más sagrado de la dignidad humana, que es la libertad de conciencia, eliminando o pretendiendo eliminar a Dios por decreto? No, señores representantes, yo no puedo estar con los Colorados, o mejor dicho con su modo de actuar; respeto su modo de pensar, allá ellos, pero no puedo dar mi voto para que su sistema se implante por la fuerza en todos los países de la Tierra (voces de protesta). ¡El que quiera ser Colorado que lo sea, pero que no pretenda teñir a los demás! (los Colorados se levantan para salir de la Asamblea).

¡Un momento, jóvenes!, ¿pero por qué tan sensitivos? Pero si no aguantan nada, no, pero si no he terminado, tomen asiento. Ya sé que es costumbre de ustedes abandonar estas reuniones en cuanto oyen algo que no es de su agrado; pero no he terminado, tomen asiento, no sean precipitosos… todavía tengo que decir algo de los Verdes, ¿no les es gustaría escucharlo? Siéntese (va y toma agua y hace gárgaras, pero se da cuenta de que es vodka).

Y ahora, mis queridos colegas Verdes, ¿ustedes qué dijeron?: “Ya votó por nosotros”. ¿no? Pues no, jóvenes, y no votaré por ustedes porque ustedes también tienen mucha culpa de lo que pasa en el mundo, ustedes también son medio soberbios, como que si el mundo fueran ustedes y los demás tienen una importancia muy relativa, y aunque hablan de paz, de democracia y de cosas muy bonitas, a veces también pretenden imponer su voluntad por la fuerza, por la fuerza del dinero.

Yo estoy de acuerdo con ustedes en que debemos luchar por el bien colectivo e individual, en cambiar las costumbres y resolver los tremendos problemas de la vivienda, del vestido y del sustento. Pero en lo que no estoy de acuerdo con ustedes es la forma que ustedes pretenden resolver esos problemas, ustedes no han hecho caso no más que al materialismo, se han olvidado de los más sagrados fundamentos que nos unen. Ustedes han olvidado que si Estados Unidos de Norteamérica es acreedor de la Humanidad y por eso la Humanidad los ve con desconfianza.

El día de la inauguración de la Asamblea, el señor embajador de Laborandia dijo que el remedio para todos nuestros males estaba en tener automóviles, refrigeradores, aparatos de televisión, ju... y yo me pregunto: ¿para qué queremos automóviles si todavía andamos descalzos? ¿Para qué queremos refrigeradores si no tenemos alimentos que meter dentro de ellos? ¿Para qué queremos tanques y armamentos si no tenemos suficientes escuelas para nuestros hijos? (aplausos).

Debemos de pugnar para que el hombre piense en la paz, pero no solamente impulsado por su instinto de conservación, sino fundamentalmente por el deber que tiene de superarse y de hacer del mundo una morada de paz y de tranquilidad cada vez más digna de la especie humana y de sus altos destinos. Pero esta aspiración no será posible si no hay abundancia para todos, bienestar común, felicidad colectiva y justicia social. Es verdad que está en manos de ustedes, de los países poderosos de la tierra, ¡Verdes y Colorados!, al ayudarnos a nosotros los débiles, pero no con dádivas ni con préstamos, ni con alianzas militares.

Ayúdennos pagando un precio más justo, más equitativo por nuestras materias primas, ayúdennos compartiendo con nosotros sus notables adelantos en la ciencia, en la técnica… pero no para fabricar bombas sino para acabar con el hambre y con la miseria (aplausos). Ayúdennos respetando nuestras costumbres, nuestra dignidad como seres humanos y nuestra personalidad como naciones, por pequeños y débiles que seamos. Practiquen la tolerancia y la fraternidad, que nosotros sabremos corresponderles, pero no se traten estas cosas como simples juegos de ansiedad en el tablero de la política internacional.