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Página 204 - Libro de Lengua y Literatura 1 de Décimo Grado

Texto y contexto

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Contenido Página 204 - Libro de Lengua y Literatura 1 de Décimo Grado

Poslectura

  1. Realizo, en mi cuaderno, las siguientes actividades.
    1. Leo nuevamente el cuento y en mi cuaderno escribo su resumen y mi apreciación.
    2. Identifico las formas cómo las personas humillaron a Perico. Explico por qué lo hacen.
    3. Escribo alguna experiencia vivida que se asemeja a la del cuento.
    4. Con los datos que me da la lectura describo el medio social en el que vive Perico; cómo es su familia, su casa, el trabajo de sus padres, la escuela a la que va, etc.
  2. Incluyo en el cuento un diálogo de Perico con su mamá, en el que le pide dinero para comprar el merengue. Este diálogo no altera la trama del cuento. Lo escribo en mi cuaderno y lo presento a mi clase.
  3. Leo el siguiente cuento de la escritora Luisa Valenzuela.

Con las TIC

En grupos de tres leemos más cuentos de Julio Ramón Ribeyro en: http://bit.ly/2gJ1Blw Elegimos el cuento que más nos gustó y lo presentamos a clase, explicando la razón de nuestra preferencia.

Glosario

  • voluptuosidad. Complacencia en el placer que proporcionan los sentidos.
  • previendo. Presintiendo, prediciendo.

Lectura

Pavada de suicidio

Luisa Valenzuela

Ismael agarró el revólver y se lo pasó por la cara despacio. Después, apretó el gatillo y se oyó un disparo. Pam. Un muerto más en la ciudad; la cosa ya es un vicio. Primero agarró el revólver que estaba en un cajón del escritorio; después se lo pasó suavemente por la cara. Después, se lo plantó sobre la sien y disparó. Sin decir palabra. Pam. Muerto.

Recapitulemos: el escritorio es bien solemne, de veras ministerial (nos referimos a la estancia-escritorio). El mueble escritorio también, muy ministerial y cubierto con un vidrio que debe haber reflejado la escena y el asombro. Ismael sabía dónde se encontraba el revólver; él mismo lo había escondido allí. Así que no perdió tiempo en eso, le bastó con abrir el cajón correspondiente y meter la mano hasta el fondo. Después, lo sujetó bien, se lo pasó por la cara con una cierta voluptuosidad antes de apoyárselo contra la sien y apretar el gatillo. Fue algo casi sensual y bastante inesperado. Hasta para él mismo, pero ni tuvo tiempo de pensarlo. Un gesto sin importancia y la bala ya había sido disparada.

Falta algo: Ismael en el bar con un vaso en la mano, reflexionando sobre una futura acción y las posibles consecuencias.

Hay que retroceder más aún si se quiere llegar a la verdad: Ismael en la cuna llorando porque está sucio y no lo cambian. No tanto.

[Ilustración: bala y explosión con texto "BANG!"]