Página 224 - Libro de Lengua y Literatura 1 de Décimo Grado
¡A escribir monografías!
Resolución Página 224 - Libro de Lengua y Literatura 1 de Décimo Grado
Datos para la resolución:
Para redactar un buen subtítulo:
- Identifica la idea principal de cada párrafo.
- Resume esa idea en una frase breve y clara.
- Incluye palabras clave que reflejen el tema principal.
Explicación
Análisis del problema: El objetivo es identificar la idea principal de cada párrafo y expresarla en una frase breve que funcione como subtítulo.
Resolución paso a paso:
- Párrafo 1: Se describe la tendencia a «evadirse» y se advierte el impacto del alcohol en el cerebro, sobre todo en edades tempranas.
Subtítulo sugerido: «Efectos del alcohol en el cerebro en desarrollo». - Párrafo 2: Se comparan los efectos del alcohol en cerebros jóvenes y adultos, destacando la mayor vulnerabilidad de los primeros.
Subtítulo sugerido: «Sensibilidad diferencial: alcohol en cerebros jóvenes y adultos».
Conclusión: Los subtítulos propuestos reflejan de modo conciso la idea central de cada párrafo.
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6. Leo y reflexiono sobre cómo está organizada esta monografía.
En un texto informativo como la monografía, la información que se va a comunicar se organiza mediante títulos y subtítulos.
El título introduce al tema, es decir el asunto básico y primordial de lo que trata el texto.
Los subtítulos se usan para distinguir los elementos que integran el tema, llamados subtemas. En estos se presentan los argumentos o ideas que amplían el tema.
7. Leo el ejemplo y pienso el tema y subtemas de mi monografía.
Título (tema)
- Qué es el alcoholismo
- Lo que dice la OMS
- El borracho
- El alcohólico
- El enfermo alcohólico
Subtítulos (subtemas)
- Cómo se reconoce la enfermedad
- Del uso al abuso
- Del abuso a la adicción
- Las consecuencias
8. Leo el siguiente artículo y en mi cuaderno escribo un subtítulo que resuma el asunto central de cada párrafo. Observo el ejemplo.
Y tú... ¿ya tomas? Pienso, luego... ¡existo!
1 Hay momentos en la vida en que lo mejor es ¡no pensar...! ¡Evadirse! Y a los demás, —sobre todo a los mayores—, ¡seguirles la corriente! aunque después —nos guste o no— tengamos que volver a "pensar". Y no hay otra forma de "pensar" más que usando el cerebro, dependiendo de qué tan plano lo tengamos. Por eso, parece que la onda de "la edad a la que se debe empezar a beber" no es una mera tontería, considerando el efecto que el alcohol puede tener sobre nuestro cerebro.
2 El Dr. Scott Swartzwelder, de la Universidad de Duke, E.U.A., sostiene que el alcohol tiene efectos distintos cuando actúa sobre un cerebro joven o sobre un cerebro adulto. El cerebro joven es mucho más sensible y los efectos del alcohol pueden ser graves cuando, por ejemplo, un joven ha bebido y conduce un vehículo. Con el equivalente al contenido de alcohol de “una copa”, un joven tiene menor capacidad para reaccionar ante los estímulos y para aprender, en comparación con la capacidad de un adulto.