Página 111 - Libro de Lengua y Literatura 2 de Décimo Grado
Comprensión del Discurso
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1. Leo el siguiente fragmento del discurso del Presidente de Uruguay, José Mujica, en la 68ª Asamblea General de las Naciones Unidas, el 24 de septiembre de 2013:
Diría que la socialdemocracia se inventó en el Uruguay. Durante casi 50 años el mundo nos vio como una especie de Suiza. En realidad, en lo económico fuimos bastardos del imperio británico y cuando este sucumbió vivimos las amargas mieles de términos de intercambio funestos, y quedamos estancados añorando el pasado. Casi 50 años recordando el Maracaná, nuestra hazaña deportiva. Hoy hemos resurgido en este mundo globalizado tal vez aprendiendo de nuestro dolor. Mi historia personal es la de un muchacho —porque alguna vez fui muchacho— que como otros quiso cambiar su época, su mundo, con el sueño de una sociedad libertaria y sin clases. Mis errores son en parte hijos de mi tiempo.
Obviamente los asumo, pero hay veces que medito con nostalgia. La fuerza de la utopía. ¡Quién tuviera la fuerza de cuando éramos capaces de albergar tanta utopía! Sin embargo, no miro hacia atrás porque el hoy real nació de las cenizas fértiles del ayer…
Cargo con una gigantesca deuda social, con la necesidad de defender la Amazonía, los mares, nuestros grandes ríos de América. Cargo con el deber de luchar por una patria para todos, para que Colombia pueda encontrar el camino de la paz, y cargo con el deber de luchar por la tolerancia. La tolerancia se precisa para con aquellos que son distintos, y con los que tenemos diferencias y discrepamos. No se precisa la tolerancia para los que estamos de acuerdo. La tolerancia es la paz. La tolerancia es el fundamento para poder convivir en paz, y entendiendo que en el mundo somos diferentes. El combate queda para la economía sucia, el narcotráfico, la estafa, el fraude y la corrupción, plagas contemporáneas, prohibidas por ese antivolar, ese que sostiene que somos felices si nos enriquecemos sea como sea…
Arrasamos la selva, las selvas verdaderas, e implantamos selvas anónimas de cemento. Enfrentamos al sedentarismo con caminadores, al insomnio con pastillas, la soledad con electrónicos, porque somos felices alejados del entorno humano. Cabe hacerse esta pregunta, huimos de nuestra biología que defiende la vida por la vida misma, como causa superior, y lo suplantamos por el consumismo funcional a la acumulación.
Nuestra época es portentosamente revolucionaria como no ha conocido la historia de la humanidad. Pero no tiene conducción consciente, ni siquiera conducción simplemente instintiva.
Mucho menos, todavía, conducción política, organizada, porque ni siquiera hemos tenido filosofía precursora ante la velocidad de los cambios que se acumularon. La codicia, tanto negativa y tanto motor de la historia, eso que empujó al progreso material técnico y científico, que ha hecho lo que es nuestra época y nuestro tiempo, un fenomenal adelanto en muchos frentes, paradójicamente, esa misma herramienta, la codicia, que nos empujó a domesticar la ciencia y transformarla en tecnología, nos precipita a un abismo brumoso…