Página 131 - Libro de Lengua y Literatura 2 de Noveno Grado
De la escritura manual a la mecánica
Resolución Página 131 - Libro de Lengua y Literatura 2 de Noveno Grado
Datos para la resolución:
Para abordar esta consigna, identifica primero cada innovación histórica y luego reflexiona en qué aspecto concreto ayuda al lector:
- ¿Cómo localiza mejor la información?
- ¿Qué facilita la vista y la comprensión del texto?
- ¿Cómo orientan los signos de puntuación al ritmo de lectura?
Recuerda que cada cambio surgió para reproducir fielmente la lengua hablada o para agilizar la consulta del contenido.
Explicación
Análisis del problema: Se pide identificar los hitos históricos en la evolución de los códices (posición del título, numeración de páginas, uso de minúsculas, separación de palabras y aparición de signos de puntuación) y explicar de qué manera cada uno mejoró la lectura.
Resolución paso a paso:
- Título al principio y numeración de páginas: Colocar el título al inicio y numerar las páginas facilita la localización de información y la referencia rápida en el texto, evitando desplazamientos tediosos.
- Uso de letras minúsculas (siglo VIII): La introducción de minúsculas cursivas y redondeadas hace el texto más ágil y legible que las mayúsculas angulares, reduciendo la fatiga visual.
- Separación entre palabras: Al separar las palabras, el lector reconoce inmediatamente unidades léxicas, lo que agiliza la comprensión y posibilita la lectura silenciosa sin necesidad de memorizar bloques de texto.
- Signos de puntuación (Edad Media y definitiva en siglo XV): Marcar pausas (punto, coma) y entonaciones reproduce las inflexiones de la lengua hablada, elimina ambigüedades y guía el ritmo de lectura, haciendo el contenido más claro.
Conclusión: Estos avances transformaron la manera de leer: de una práctica exclusivamente oral y memorística se pasó a una lectura más independiente, rápida y precisa, mejorando la experiencia y las prácticas lectoras.
Datos para la resolución:
Piensa en cómo los puntos marcan pausas definitivas y las comas o punto y coma, pausas intermedias. Para cada lector, ubica un punto donde quieras cerrar la idea principal y coloca comas para agrupar incisos:
- Usa punto y coma para separar cláusulas relacionadas.
- Usa coma para detallar o hacer aclaraciones.
- Coloca un punto cuando desees concluir una idea y comenzar otra.
Practica releyendo cada versión en voz alta para sentir el énfasis que escolta al beneficiario.
Explicación
Análisis del problema: Se trata de insertar puntos y comas en un mismo enunciado sin puntuación para que cada heredero, al leerlo, obtenga un sentido distinto que lo beneficie.
Resolución con cuatro interpretaciones:
- Sobrino Juan:
Dejo mis bienes a mi sobrino Juan; no a mi hermano Luis. Tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre; nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. - Hermano Luis:
Dejo mis bienes a mi sobrino; Juan no. A mi hermano Luis tampoco. Jamás se pagará la cuenta al sastre, nunca de ningún modo. Para los jesuitas, todo lo dicho es mi deseo. - Sastre:
Dejo mis bienes a mi sobrino; Juan no a mi hermano. Luis tampoco. Jamás se pagará la cuenta al sastre. Nunca de ningún modo para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. - Jesuitas:
Dejo mis bienes a mi sobrino Juan; no a mi hermano Luis; tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre nunca de ningún modo. Para los jesuitas, todo lo dicho es mi deseo.
Conclusión: Cada puntuación reordena las pausas y pausas largas (puntos) o cortas (comas y punto y coma) para modificar quién o qué recibe la herencia.
Contenido Página 131 - Libro de Lengua y Literatura 2 de Noveno Grado
9. Leo este texto y comento cómo han contribuido los cambios registrados en los códices al mejoramiento de la experiencia y las prácticas lectoras.
Espacios, minúsculas, puntos y comas
Hasta el siglo V d. C., el título de los códices se colocaba al final, pero por esa época se comenzó a colocarlo al principio. En ese mismo siglo empezaron a numerarse las páginas. Al principio, los códices se escribían solamente con letras mayúsculas y angulares. Más tarde, en el siglo VIII, se comenzaron a utilizar las letras minúsculas, cursivas y redondeadas.
En los primeros textos griegos y latinos no se separaban las palabras ni se usaban signos de puntuación, y quedaba a juicio del lector adivinar dónde terminaba una palabra o frase y comenzaba otra. Como la lectura se realizaba en voz alta, antes de leer se estudiaba el texto para poder hacer las pausas donde correspondía. En esa época hubo algunos intentos de crear marcas para separar las ideas, pero sin éxito. No fue sino hasta la Edad Media que se incorporaron los signos de puntuación a la escritura, debido a “la necesidad de marcar sobre el papel ciertas inflexiones de la voz que daban sentido al discurso oral, pero que no se veían reflejadas en la escritura. El origen de los signos de puntuación provendría, pues, de una necesidad: la de reproducir fielmente la lengua hablada, evitando en la medida de lo posible la ambigüedad y el equívoco”. Estos signos, al igual que la separación entre palabras y las letras minúsculas, quedaron fijados de manera definitiva con la invención de la imprenta en el siglo XV.
Parte de este creciente interés por la puntuación y la escritura correcta se relacionaba con el hecho de que el cristianismo, al igual que el judaísmo, centraba sus prácticas y enseñanzas religiosas alrededor de los textos sagrados escritos, a diferencia de las otras religiones del momento, que eran principalmente orales.
(Basado en: ¿Cómo nacieron los signos de puntuación?, ABC Cultura, 2015, http://www.abc.es/cultura/20150909/abci-como-nacieron-signos-puntuacion-201509091340.html.)
1. Pablo Martín Sánchez. (2011). Signos de puntuación. Centro Virtual Cervantes, en: http://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/septiembre_11/29092011_02.htm.
10. Leo este texto y, en mi cuaderno, escribo cómo puntuaría el texto en el caso de cada una de estas personas: el sobrino Juan, el hermano Luis, el sastre y los jesuitas. Comparto mis propuestas con mis compañeros.
¿Cómo interpretar este confuso testamento?
Se cuenta que un señor, por ignorancia o malicia, dejó al morir el siguiente testamento sin signos de puntuación:
“Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo”.
El juez encargado de resolver reunió a los posibles herederos, es decir, al sobrino Juan, al hermano Luis, al sastre y a los jesuitas. Les entregó una copia del confuso testamento para que le ayudaran a resolver el dilema. ¿Cómo lo hizo cada uno?
[Ilustración: Testamento confuso sin puntuación]