Página 78 - Libro de Lengua y Literatura 2 de Noveno Grado
La poesía: ritmo y sensibilidad
Resolución Página 78 - Libro de Lengua y Literatura 2 de Noveno Grado
Datos para la resolución:
Para mejorar la memorización:
- Lee en voz alta y escucha tu propia entonación.
- Divide el texto en partes manejables.
- Usa la musicalidad o melodía interna de los versos para recordarlos con más facilidad.
Explicación
Análisis: Memorizar versos implica fijar en la memoria el ritmo, la rima y el significado de cada línea para poder recitarlos sin leer.
Resolución paso a paso:
- Leí los versos en voz alta varias veces, prestando atención al ritmo y la entonación.
- Dividí el poema en estrofas o fragmentos cortos para memorizarlos de manera progresiva.
- Repetí cada fragmento en voz baja hasta sentirme cómodo con las palabras y su orden.
Conclusión: No fue muy difícil, ya que las coplas tienen rima y ritmo marcados que facilitan la retención.
Datos para la resolución:
Estrategias mnemotécnicas:
- Usa imágenes o escenas mentales para cada verso.
- Aprovecha la rima y el ritmo para formar anclajes sonoros.
- Repite en intervalos: primero al jubilar, luego al cabo de unos minutos y más tarde al día siguiente.
Explicación
Análisis: Identificar las estrategias que facilitaron retener los versos ayuda a comprender cómo funciona nuestra memoria verbal.
Resolución paso a paso:
- Reconocí que la rima (por ejemplo, "frenesí" / "nací" o "novia" / "olvidar") crea patrones sonoros fáciles de recordar.
- Asocié cada verso con una imagen mental o una melodía imaginaria que reforzó la secuencia de palabras.
- Repetí los versos en diferentes momentos del día para consolidar la información en la memoria a largo plazo.
Conclusión: Me ayudó la combinación de rima, ritmo y la creación de imágenes mentales para fijar las palabras en mi mente.
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6. Leo esta información y la relaciono con la lectura que acabo de realizar.
¿Qué es la poesía?
Imaginemos una comunidad de los primeros momentos de la humanidad, reunida junto al fuego. Una mujer o un hombre, muy anciano, se sienta en el centro del círculo. De su boca nacen héroes y heroínas, semidioses y dioses lejanos, gestas maravillosas y situaciones difíciles.
El lenguaje del recitador es hermoso: palabras sonoras que se quedan vibrando en la memoria de quienes lo escuchan. Muchos, aún niños, sueñan con poder contar esas historias con la misma fuerza y belleza y hacen un esfuerzo por recordar, palabra por palabra, lo que han escuchado.
Un lenguaje, una literatura, es la expresión de una cultura. Por medio de él un autor, actual o muy antiguo, hace lo mismo que esa anciana o anciano junto al fuego: nos habla de cosas interesantes. Lo que escuchamos (o lo que leemos) nos emociona y nos inspira. Poco a poco empezamos a caer en cuenta que ya no estamos escuchando la historia de un héroe lejano. Estamos reflexionando sobre la condición misma del ser humano durante su viaje por este mundo, a lo largo de lo que llamamos “vida”.
¿Cómo recordar fácilmente esas palabras para poder recitarlas una y otra vez? ¿Cómo simplificar el proceso de enseñarlos a otras personas? Para eso, el lenguaje tiene algunos secretos…
7. Leo con cuidado los siguientes versos e intento memorizarlos. Respondo:
- ¿Fue difícil hacerlo?
- ¿Qué te ayudó a recordar las palabras de estos versos?
Coplas populares del Ecuador
[Ilustración: Retrato de Juan León Mera]
El regresar a mi tierra
es mi único frenesí;
toda mi dicha se encierra
en la tierra en que nací.
Achachay, aguacerito,
no me vengas a mojar,
porque soy un pobrecito
que no tengo qué mudar.
Señor teniente, aquí vengo
para hacer mi testamento:
dejo mi amor a mi novia
y mis memorias al viento.
Todos tienen su mala hora:
yo me casé y me amolé.
¡Ay! calle no más, señora;
señora, no sabe usté.
No pienses que por tu amor
me he de poner a llorar:
en la botica se venden
remedios para olvidar.
(Juan León Mera (recopilador). [s.f.]. Cantares del pueblo ecuatoriano. Guayaquil-Quito: Ariel.)