Página 191 - Libro de Lengua y Literatura 2 de Octavo Grado
¿Qué es un relato de ciencia ficción? / Estructura
Contenido Página 191 - Libro de Lengua y Literatura 2 de Octavo Grado
Sueños de robot
Isaac Asimov
[Ilustración: Susan Calvin y Linda Rash con un robot]
—Anoche soñé —anunció Elvex tranquilamente. Susan Calvin no replicó, pero su rostro arrugado, envejecido por la sabiduría y la experiencia, pareció sufrir un estremecimiento microscópico.
—¿Ha oído esto? —preguntó Linda Rash, nerviosa—. Ya se lo dije. —Era joven, menuda y de pelo oscuro. Su mano derecha se abría y se cerraba una y otra vez. Calvin asintió y ordenó a media voz:
—Elvex, no te moverás, ni hablarás, ni nos oirás, hasta que te llamemos por tu nombre. —No hubo respuesta. El robot siguió sentado como si estuviera hecho de una sola pieza de metal y así se quedaría hasta que oyera su nombre otra vez.
—¿Cuál es tu código de entrada en la computadora, doctora Rash? —preguntó Calvin—. O márcalo tú misma, si esto te tranquiliza. Quiero inspeccionar el diseño del cerebro positrónico. —Las manos de Linda se enredaron, un instante, sobre las teclas. Borró el proceso y volvió a empezar. El delicado diseño apareció en la pantalla.
—Permíteme, por favor —solicitó Calvin—, manipular tu ordenador. —Le concedió el permiso con un gesto sin palabras. Naturalmente, ¿qué podía hacer Linda, una inexperta robopsicóloga recién recibida, frente a la leyenda viviente?
Susan Calvin estudió despacio la pantalla, moviéndola de un lado a otro y de arriba abajo, marcando de pronto una combinación clave, tan de prisa que Linda no vio lo que había hecho, pero el diseño desplegó un nuevo detalle y el conjunto que había sido empleado. Continuó, atrás y adelante, tocando las teclas con sus dedos nudosos. En el rostro avejentado no hubo el menor cambio. Como si unos cálculos vistísimos se sucedieran en su cabeza, observaba todos los cambios de diseño.
Linda se asombró. Era imposible analizar un diseño sin la ayuda, por lo menos, de una computadora de mano. No obstante, la vieja simplemente observaba. ¿Tendría acaso una computadora implantada en su cráneo? ¿O era que su cerebro durante décadas no había hecho otra cosa que inventar, estudiar y analizar los diseños de cerebros positrónicos? ¿Captaba los diseños como Mozart captaba la notación de una sinfonía?
—¿Qué es lo que has hecho, Rash? —dijo Calvin por fin. Linda, algo avergonzada, contestó:
—He utilizado la geometría fractal.
—Ya me he dado cuenta, pero ¿por qué?
—Nunca se había hecho. Pensé que a lo mejor produciría un diseño cerebral con complejidad añadida, posiblemente más cercano al cerebro humano.
—¿Consultaste a alguien? ¿Lo hiciste todo por tu cuenta?
—No consulté a nadie. Lo hice sola.
Los ojos ya apagados de la doctora miraron fijamente a la joven.
—No tenías derecho a hacerlo. Tu nombre es Rash1, tu naturaleza hace juego con tu nombre. ¿Quién eres tú para obrar sin consultar? Yo misma, yo, Susan Calvin, lo hubiera discutido antes.
—Temí que se me impidiera.
1. Rash en inglés quiere decir: imprudente, temeraria, irreflexiva.