Página 63 - Libro de Lengua y Literatura de Quinto Grado
Leyenda de Etsa
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Datos para la resolución:
Explicación
Es importante compartir nuestras opiniones sobre la leyenda de Etsa, ya que nos permite reflexionar sobre temas como la amistad y el perdón. Al discutirlo, podemos entender diferentes perspectivas y enriquecer nuestra comprensión de la historia.
Datos para la resolución:
Explicación
Crear títeres es una forma creativa de dar vida a los personajes de la leyenda de Etsa. Puedes usar materiales reciclados como cartón, papel y botellas plásticas. Una vez que tengas tus títeres listos, organiza una presentación de la leyenda para un grado inferior. Ensaya la narración para que sea clara y entretenida, y asegúrate de que todos los participantes estén involucrados en la puesta en escena.
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2. Leo y comparto, con mis compañeros y compañeras, mis opiniones al respecto.
Leyenda de Etsa
Anónimo
Informante: Anpam Karakrás
Iwia, un demonio terrible, desde siempre ha tenido la costumbre de atrapar a los shuar, meterlos en su enorme shigra y comérselos.
Fue así cómo, en cierta ocasión, atrapó y se comió a los padres de Etsa. Entonces, raptó al poderoso niño para tenerlo a su lado y, durante mucho tiempo, le hizo creer que él era su padre.
Cuando Etsa creció, todos los días salía a cazar para el insaciable Iwia, que siempre pedía pájaros a manera de postre. El muchacho regresaba con la gigantesca shigra llena de aves de todas las especies.
Una mañana, cuando apenas empezaba su cacería, descubrió que la selva estaba en silencio. Ya no había pájaros coloridos por ninguna parte. Solo quedaba la paloma Yáapankam, posada sobre las ramas de una malitagua.
Cuando Etsa y la paloma se encontraron en medio de la soledad, se miraron largamente.
—¿Me vas a matar a mí también? —preguntó Yáapankam.
—No —dijo Etsa—. Parece que he dejado toda la selva sin pájaros.
Etsa sintió que se le iban las fuerzas y se dejó caer sobre el colchón de hojas del piso. Entonces, Yáapankam voló hasta donde estaba Etsa y, al poco rato, a fuerza de estar juntos en medio de ese bullicioso silencio, se convirtieron en amigos.
Yáapankam aprovechó para contarle al muchacho la manera en que Iwia había matado a sus verdaderos padres. Entonces, nada ni nadie podía consolar a Etsa: lloraba con una mezcla de rabia y tristeza.
Cuando Yáapankam se dio cuenta de que Etsa empezaba a calmarse, le dijo:
—Muchacho, no puedes hacer nada para devolverle la vida a tus padres, pero aún puedes devolvérsela a los pájaros.
—¿Cómo? —dijo Etsa.
—Introduce en la cerbatana las plumas de los pájaros que has matado y sopla.
El muchacho lo hizo y de inmediato empezaron a salir miles de pájaros de todos los colores que levantaron el vuelo y con su alegría poblaron nuevamente la selva.
En equipo
Elaboramos títeres con material de reciclaje para narrar la leyenda. Visitamos un grado inferior y la presentamos.