Página 85 - Libro de Lengua y Literatura 1 de Décimo Grado
Entre la comedia y la tragedia: la tragicomedia
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SEMPRONIO: ¡Oh madre mía! Deja todas las cosas de lado y solo presta atención y piensa en lo que te voy a decir. Y quiero que sepas por mí lo que todavía no has oído, y es que jamás he podido, desde que tengo confianza contigo, desear un bien del que no te correspondiese una parte.
CELESTINA: Habla, no te detengas, pues la amistad que tú y yo mantenemos no necesita de rodeos, ni de preámbulos, ni adornos de ningún tipo para que aumente nuestro afecto. Abrevia y ve a los hechos, pues es inútil decir con muchas palabras lo que con pocas se puede expresar.
SEMPRONIO: Así es. Calisto arde en amores por Melibea. De ti y de mí tiene necesidad. Si los dos juntos le hacemos falta, juntos nos beneficiaremos.
CELESTINA: Bien has hablado; enterada estoy. De una ojeada me doy cuenta de todo. Digo que me alegro de estas noticias como los cirujanos de los descabezados; e igual que aquellos al principio empeoran las heridas para que la promesa de curación tenga más mérito, así me propongo actuar con Calisto. ¡Tú me entiendes!
SEMPRONIO: Callemos, que a la puerta estamos y, como se suele decir, las paredes oyen.
CELESTINA: Llama.
SEMPRONIO: Ta, ta, ta.
PÁRMENO: ¿Quién es?
SEMPRONIO: Ábreme a mí y a esta señora.
PÁRMENO: Señor, Sempronio y una puta vieja teñida daban esos golpes.
CALISTO: Calla, malvado, que es mi tía. Corre, corre, abre.
PÁRMENO: ¿Por qué, señor, te afliges? ¿Por qué, señor, te entristeces? ¿Es que piensas que para las orejas de esta vieja es una palabra ofensiva la que le he dicho? No lo creas, que ella se alegra de oírla como tú cuando alguien dice: «Hábil caballero es Calisto». Y además, así es como la llaman y por tal título es conocida. Si entre cien mujeres va y alguien dice: «¡Puta vieja!», sin ninguna vergüenza vuelve inmediatamente la cabeza y responde con cara alegre. Si pasa al lado de los perros, a eso suena su ladrido; si está cerca de las aves, otra cosa no cantan; si cerca del ganado, balando lo publican; si cerca de las bestias, rebuznando dicen: «¡Puta vieja!», las ranas de los charcos otra cosa no suelen croar. Si se encuentra entre los herreros, eso dicen sus martillos; todo oficio que usa herramientas forma en el aire su nombre. Qué quieres que te diga más sino que si una piedra choca con otra, inmediatamente suena: ¡Puta vieja!
CALISTO: Y tú, ¿cómo lo sabes y la conoces?
PÁRMENO: Te lo voy a contar. Hace mucho tiempo que mi madre, mujer pobre, vivía en su vecindario y, a petición de esta Celestina, me entregó a ella como sirviente, aunque ella ahora no me reconoce, por el poco tiempo que la serví y por los cambios que la edad ha hecho en mí.
CALISTO: ¿En qué la servías?
PÁRMENO: Señor, le iba a la plaza y le traía de comer y la acompañaba; la ayudaba en aquellos trabajos que mis tiernas fuerzas me permitían. Tenía esta buena señora al final de la ciudad, allá en las tenerías, en la cuesta del río, una casa apartada, medio caída, poco arreglada y no muy preparada. Ella tenía seis oficios, que eran: costurera, perfumera, maestra en hacer cosméticos y en rehacer virgos, alcahueta y un poquito hechicera.
Era el primer oficio la tapadera de los otros, con cuyo pretexto muchas mozas sirvientes entraban en su casa a coserse y coser camisas y cuellos y otras muchas cosas. Ninguna venía sin algo de tocino, trigo, harina o jarro de vino y otros alimentos que podían a sus amas robar. Era muy amiga de estudiantes y de encargados de la despensa y de sirvientes de curas.
CALISTO: Ya está, Pármeno; déjalo para otro momento más oportuno. No nos detengamos, que la obligación es enemiga de la tardanza. Óyeme, yo mismo le he rogado que venga y ya espera más de lo que debe. Venga, no se vaya a impacientar. Pero te ruego, Pármeno, que tu envidia hacia Sempronio, que en este asunto está a mi servicio y sigue mi gusto, no vaya a ser un impedimento para que yo consiga la solución de mi vida. Que si para él hubo un regalo, a ti no te faltará otro. No pienses que tengo en menos estima tus consejos y advertencias que sus trabajos y esfuerzos.