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Página 85 - Libro de Lengua y Literatura 2 de Octavo Grado

Los personajes

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Contenido Página 85 - Libro de Lengua y Literatura 2 de Octavo Grado

Glosario

  • aya. Niñera. Persona encargada en un hogar de custodiar niños o jóvenes y de cuidar de su crianza y educación.
  • doncella. Persona de servicio que se ocupa en los menesteres domésticos ajenos a la cocina.

—Es muy natural, señor Ferguson. Ahora siéntese y cálmese, y deme algunas respuestas claras. Ante todo, dígame qué pasos ha dado. ¿Sigue su mujer cerca de los niños?

—Tuvimos una escena terrible. Le partió el corazón el que yo hubiera descubierto ese horrible e increíble secreto. Su única respuesta fue una expresión como enloquecida y desesperada en sus ojos, luego se fue corriendo a su habitación y se encerró en ella. Desde entonces se ha negado a verme. Solo ve a Dolores, su doncella, que le lleva la comida. Por el momento, el niño está a salvo. La señora Mason, el aya, ha jurado que no los dejará ni de día ni de noche.

—Es eminentemente un caso de investigación personal. Iremos a Sussex —dijo Holmes.

—Esto es lo que yo esperaba, señor Holmes —dijo Ferguson con un gesto de alivio.

—Pero hay uno o dos puntos de los que quisiera estar seguro antes de partir. La dama, tal como lo entiendo, ha atacado a ambos niños, pero estos ataques toman formas diferentes. Golpeó a su hijastro. ¿No dio ninguna explicación de porqué lo hizo?

—Ninguna, salvo que le odiaba. Una y otra vez dijo esto. Es una cosa todavía más terrible si se tiene en cuenta que es un pobre inválido inofensivo. Uno pensaría que la condición del muchacho ablandaría el corazón de cualquiera.

—Bueno, no se desconoce esto en las madrastras. Pero el muchacho... Tiene quince años, creo haber entendido, y probablemente estará muy desarrollado mentalmente, puesto que su cuerpo está tan limitado en la acción. ¿Hicieron buenas migas en otros tiempos?

—No; nunca hubo amor entre ellos.

—Y, sin embargo, dice usted que es un chico muy afectuoso.

—En todo el mundo no puede haber otro hijo tan ferviente. Mi vida es su vida. Está absorto en todo lo que digo y hago.

Holmes anotó algo. Permaneció un rato perdido en sus pensamientos.

—Sin duda, usted y su hijo eran grandes camaradas antes de este segundo matrimonio. Estaban muy cerca el uno del otro, ¿no es cierto? Y el chico, siendo tan afectuoso de naturaleza, estaría muy apegado, sin duda, a la memoria de su madre.

—Sí, muy cierto.

—¿Los extraños ataques contra el niño pequeño, y las agresiones contra su hijo, se produjeron en los mismos períodos?