Página 36 - Libro de Lengua y Literatura de Quinto Grado
El campesino que venció al diablo
Resolución Página 36 - Libro de Lengua y Literatura de Quinto Grado
Datos para la resolución:
Explicación
El campesino al ver al diablo sentado sobre las brasas le pregunta qué hace allí. El diablo le responde que está sobre un tesoro de oro y plata. Luego, el campesino le propone quedarse con el tesoro alegando que la tierra es suya.
Después, acuerdan un trato sobre lo que producirá la tierra, donde el campesino demuestra su inteligencia al plantar lo que el diablo no quiere según su elección.
Datos para la resolución:
Explicación
Escena 1
El campesino se encuentra al diablo sentado sobre las brasas y negocia el tesoro.
Escena 2
El campesino siembra papas, zanahorias y cebolla paiteña para la primera cosecha.
Escena 3
El campesino recoge la cosecha, dejando solo hojas amarillentas para el diablo.
Escena 4
El diablo se enfurece al ser engañado, desaparece y el campesino encuentra el tesoro.
Contenido Página 36 - Libro de Lengua y Literatura de Quinto Grado
El campesino que venció al diablo
Cuento popular. Anónimo
Había una vez un campesino muy inteligente y astuto que trabajaba en su tierra desde que amanecía hasta que anochecía.
Una noche, cuando se retiraba a su casa a descansar, vio en la mitad del campo un montón de brasas ardiendo.
Sorprendido, se acercó a mirar las llamas y se encontró con un pequeño diablillo colorado sentado encima de las brasas.
—¿Qué haces ahí? —le preguntó el campesino.
—Estoy sentado sobre un tesoro con mucho oro y mucha plata —dijo el diablo.
—Pues ese tesoro debe ser mío —dijo el campesino—, porque esa es mi tierra.
—Te lo daré si durante dos años me entregas la mitad de lo que produzca tu tierra —le contestó el diablo.
—¿Qué prefieres? —preguntó el campesino —lo que crece sobre la tierra o lo que queda dentro de ella?
—Lo que crece sobre la tierra —dijo el diablo—, quédate tú con lo demás.
El campesino aceptó el trato, mientras el diablo se reía para sus adentros pensando que el campesino era muy tonto.
Pero el campesino era, en realidad, más inteligente que el diablo y sabía más de plantas que él. Preparó el campo y, cuando estuvo listo, sembró papas, zanahorias y cebolla paiteña.
Cuando llegó el tiempo de la cosecha, el diablo vino feliz a recoger su parte, pero solo encontró encima de la tierra unas hojas amarillentas, mientras que el campesino obtuvo excelentes alimentos para su familia.
—Esta vez lo haremos de otra forma —dijo el diablo—. En la próxima cosecha, yo me llevaré lo que crezca debajo y tú lo que aparezca encima.
—Está bien —dijo el campesino—. Si esa es tu decisión, así lo haré.
Cuando llegó el momento de sembrar, el campesino sembró trigo, haba y fréjol.
La cosecha estuvo lista, el campesino con la ayuda de su familia recogió las mieses y las legumbres, y dejó en el campo rastrojo y hojas secas.
Cuando el diablo llegó a recoger su parte, eso fue lo único que encontró.
Loco de rabia por haberse dejado engañar por segunda ocasión por un sencillo campesino, gritó, rugió y zapateó. Fue tal su enojo que se hundió en lo más profundo de la tierra.
Entonces, en el hueco que dejó apareció un enorme baúl que contenía el oro y la plata. El campesino llamó a su familia y juntos recogieron el tesoro, felices de haber vencido al diablo.
Tarea
Dibujo el cuento dividido en cuatro escenas y las ordeno en secuencia.